Voltaje
- ladyinff
- 15 mar 2019
- 1 Min. de lectura
La piel se eriza con el tacto de sus manos, que, a pesar de su torpeza, aprietan en los sitios exactos de su rostro para mandarle corrientes de electricidad que le recuerdan lo real que es el momento en que se encuentran.
El calor que irradia su cuerpo es inevitable, al igual que los latidos que no parecen querer callarse dentro de sus cuerdas vocales; Tiene miedo de que vayan a delatar los nervios que lo consumen cuando el abrazo los acerca mucho más el uno que el otro.
Necesita más del contacto de sus labios. Desea que los besos sean eternos, que no se le olvide respirar y que el frío del invierno jamás los interrumpa. Aun cuando sabe que él ha comenzado esto, y que quizá vaya a arrepentirse por culpa de la valentía líquida que el alcohol provoca en su sistema.
Quiere permanecer conectado a su boca, y ahí, con la mente vuelta loca en los cielos, se da cuenta que está perdido por clavarse otra vez. El amor lo está golpeando, y él ni se inmuta en dejarse noquear a pesar de lo que pudiera pasar después.
Un relato corto para este viernes. (No regrets)
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